Reflexiones sobre: "De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que…. cambie la escuela de Begoña Gros"
Los profesores de generación digital
Como Profesor del área Tecnología en EGB3 rural me ha tocado compartir muchas horas de trabajo con docentes que aun no han incorporado las TIC a sus prácticas, y la influencia que tiene esto en sus prácticas.
Para comenzar me gustaría partir de la comparación de Papert(1996) cuando nos pide que imaginemos que hace un siglo hubiésemos congelado a un cirujano y a un maestro y ahora les volviéramos de nuevo a la vida. El cirujano entraría en la sala de operaciones y no reconocería ni el lugar ni los objetos y se sentiría totalmente incapacitado para actuar. ¿Qué pasaría con el maestro?. Seguramente reconocería el espacio como una clase y todavía encontraría una tiza y una pizarra con la cual empezar a enseñar, analizando esta afirmación final se puede inferir que nada ha cambiado.
Ahora bien esta comparación, también, me lleva a reflexionar sobre la problemática de cómo se enseñanza y cómo se enfrentan los cambios por parte de los docentes. Por lo general dicha tarea es llevada adelante en soledad y muy pocas veces compartiendo la tarea. Todo es cuestión de actitud y voluntad. Es cierto que el aislamiento de los docentes de nuestras escuela rurales se ve favorecido por cuestiones comunicacionales y geográficas pero también hace a una cultura que como bien señala C. Marcelo (2002), aisla con sus ventajas y desventajas. No modifico nada en mi actividad y no se modifica nada en mi entorno, todo queda igual los alumnos transcurren el aula… esa es la ventaja…
Los cambios que se están produciendo en la sociedad impactan en el Docente, quien debe redefinir su rol. Los roles que tradicionalmente han asumido los docentes enseñando un currículum caracterizado por contenidos académicos hoy en día resultan inadecuados, pero en muchos casos se reproduce año a año dejando de lado la importancia de la inclusión de las TIC en el mismo. Por otra parte los alumnos reciben la información por múltiples vías: la televisión, radio, ordenadores, Internet, recursos culturales de las ciudades, etc. En contrapartida, los Docentes se desentienden de la situación.
Al respecto es interesante la metáfora que nos presenta Salomon respecto a la modificación del rol del Docente desde transmisor de información, el solista de una flauta al frente de una audiencia poco respetuosa, al de un diseñador, un guía turístico, un director de orquesta (1992:42).
La realidad nos indica que los Docentes, desde una concepción distribucionista de la información y del conocimiento, le permiten crear y orquestar espacios en donde se le permita al alumno el desarrollo de aprendizajes complejos. Espacio en donde la comprensión por parte del alumno es un objetivo indiscutible, como así también el acompañamiento de los Docentes en el transcurso del aprendizaje. Al respecto me parece citar a C. Marcelo (2002), quien señala que los cambios en los profesores no pueden hacerse al margen de cómo se comprende el proceso de aprendizaje de los propios profesores. ¿Cómo se aprende a enseñar? ¿Cómo se genera, transforma y transmite el conocimiento en la profesión docente? Unos cambios que se concretan en formas distintas de entender el aprendizaje, la enseñanza, las tareas, así como los medios y la evaluación.
Comprender lo que se aprende y aprender a aprender son algunos de los aspectos más repetidos en toda la bibliografía sobre el tema, y ello es aplicable tanto a los estudiantes como a los propios profesores. La idea es que la práctica Docente, desarrollada por lo general, en soledad se convierta en colectiva Wenger (2001). El cambio se hace necesario, un cambio de la cultura profesional y porque no Institucional, para romper el aislamiento que impide aprender de otros y con otros. Romper con la idea que pedir ayuda o reconocer nuestras propias limitaciones es el camino y las TIC son un recurso más para lograrlo, pero está en cada uno “Romper” esa frontera imaginaria que nos han impuesto o auto impuesto a partir de la reproducción de modelos o por las propias limitaciones en la formación.
En conclusión los cambios no son rápidos, pero aunque lentos se van produciendo por la fuerza emergente que proviene de los jóvenes alumnos que pueblan nuestra aulas y que nos muestran una sociedad que con necesidades formativas disimiles a la del siglo pasado, nos obliga a buscar enfoques educativos que den respuesta a las necesidades de los estudiantes y de la sociedad actual. Como Morin (1999) dice la enseñanza actualmente ha de convertirse en una enseñanza educativa, “no se trata de transmitir el puro saber, sino una cultura que permita entender nuestra condición y ayudarnos a vivir…”
Para comenzar me gustaría partir de la comparación de Papert(1996) cuando nos pide que imaginemos que hace un siglo hubiésemos congelado a un cirujano y a un maestro y ahora les volviéramos de nuevo a la vida. El cirujano entraría en la sala de operaciones y no reconocería ni el lugar ni los objetos y se sentiría totalmente incapacitado para actuar. ¿Qué pasaría con el maestro?. Seguramente reconocería el espacio como una clase y todavía encontraría una tiza y una pizarra con la cual empezar a enseñar, analizando esta afirmación final se puede inferir que nada ha cambiado.
Ahora bien esta comparación, también, me lleva a reflexionar sobre la problemática de cómo se enseñanza y cómo se enfrentan los cambios por parte de los docentes. Por lo general dicha tarea es llevada adelante en soledad y muy pocas veces compartiendo la tarea. Todo es cuestión de actitud y voluntad. Es cierto que el aislamiento de los docentes de nuestras escuela rurales se ve favorecido por cuestiones comunicacionales y geográficas pero también hace a una cultura que como bien señala C. Marcelo (2002), aisla con sus ventajas y desventajas. No modifico nada en mi actividad y no se modifica nada en mi entorno, todo queda igual los alumnos transcurren el aula… esa es la ventaja…
Los cambios que se están produciendo en la sociedad impactan en el Docente, quien debe redefinir su rol. Los roles que tradicionalmente han asumido los docentes enseñando un currículum caracterizado por contenidos académicos hoy en día resultan inadecuados, pero en muchos casos se reproduce año a año dejando de lado la importancia de la inclusión de las TIC en el mismo. Por otra parte los alumnos reciben la información por múltiples vías: la televisión, radio, ordenadores, Internet, recursos culturales de las ciudades, etc. En contrapartida, los Docentes se desentienden de la situación.
Al respecto es interesante la metáfora que nos presenta Salomon respecto a la modificación del rol del Docente desde transmisor de información, el solista de una flauta al frente de una audiencia poco respetuosa, al de un diseñador, un guía turístico, un director de orquesta (1992:42).
La realidad nos indica que los Docentes, desde una concepción distribucionista de la información y del conocimiento, le permiten crear y orquestar espacios en donde se le permita al alumno el desarrollo de aprendizajes complejos. Espacio en donde la comprensión por parte del alumno es un objetivo indiscutible, como así también el acompañamiento de los Docentes en el transcurso del aprendizaje. Al respecto me parece citar a C. Marcelo (2002), quien señala que los cambios en los profesores no pueden hacerse al margen de cómo se comprende el proceso de aprendizaje de los propios profesores. ¿Cómo se aprende a enseñar? ¿Cómo se genera, transforma y transmite el conocimiento en la profesión docente? Unos cambios que se concretan en formas distintas de entender el aprendizaje, la enseñanza, las tareas, así como los medios y la evaluación.
Comprender lo que se aprende y aprender a aprender son algunos de los aspectos más repetidos en toda la bibliografía sobre el tema, y ello es aplicable tanto a los estudiantes como a los propios profesores. La idea es que la práctica Docente, desarrollada por lo general, en soledad se convierta en colectiva Wenger (2001). El cambio se hace necesario, un cambio de la cultura profesional y porque no Institucional, para romper el aislamiento que impide aprender de otros y con otros. Romper con la idea que pedir ayuda o reconocer nuestras propias limitaciones es el camino y las TIC son un recurso más para lograrlo, pero está en cada uno “Romper” esa frontera imaginaria que nos han impuesto o auto impuesto a partir de la reproducción de modelos o por las propias limitaciones en la formación.
En conclusión los cambios no son rápidos, pero aunque lentos se van produciendo por la fuerza emergente que proviene de los jóvenes alumnos que pueblan nuestra aulas y que nos muestran una sociedad que con necesidades formativas disimiles a la del siglo pasado, nos obliga a buscar enfoques educativos que den respuesta a las necesidades de los estudiantes y de la sociedad actual. Como Morin (1999) dice la enseñanza actualmente ha de convertirse en una enseñanza educativa, “no se trata de transmitir el puro saber, sino una cultura que permita entender nuestra condición y ayudarnos a vivir…”
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