domingo, 2 de noviembre de 2008

BATA

Manuel Castells: Internet y la sociedad red

La ventaja que una minoría de hogares está disfrutando en los usos y servicios proporcionados por Internet, a los que sólo acceden los más pudientes, se convertirá probablemente en fuente de una considerable desigualdad cultural y social en el futuro, ya que los niños de la primera generación Internet están creciendo en entornos tecnológicos muy diversos.

Manuel CASTELLS, La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad.

De la lectura de material, si bien todo lo expresado por el autor es muy interesante, me voy a centrar en algunos puntos, relacionando la Geografía de Internet y la divisoria digital.
Castells desarrolla uno de los aspectos al que considero de importancia: “La brecha digital” que provoca una desigual implantación y expansión de Internet que separa a las Naciones desarrolladas del tercer mundo, como así también entre distintas clases sociales en países desarrollados y subdesarrollados.
Según Internet World Stats, casi el 70% de los internautas vive en los países industrializados, donde reside el 15% de la población mundial. Un claro ejemplo podría mostrar-nos la magnitud de esta desproporción al conocer que en Europa y Estados Unidos su-man 450 millones de usuarios y en todo el continente africano apenas alcanzan a 4 millones. Estas diferencias, obviamente, tocan otros derechos que son vulnerados al no tener la posibilidad de acceso a educación, salud, trabajo, etc., en porcentajes similares
La distribución geográfica de Internet se evalúa desde tres puntos de vista. El primero, hace referencia a su distribución física; en segundo lugar, se revisa cómo están distribuidos los usuarios en el mundo; y por último, dónde se concentran las empresas que crean contenidos para Internet.
En los tres casos, la conclusión es que el peso de los Estados Unidos es considerable-mente superior al del resto del mundo; aunque el resto de países desarrollados están recortando distancias paulatinamente; sin embargo, las zonas más pobres del planeta están a una gran distancia, aunque curiosamente, estas regiones son las más pobladas.
En el caso de países subdesarrollados pueden existir zonas concretas dotadas de la mejor tecnología y conectadas con el resto del mundo; pero que tienen escasa influencia en el resto del país y en muchos casos lo hacen prescindiendo de una red telefónica que no puede satisfacer sus necesidades.
Internet es una tecnología que crea nuevas oportunidades de riqueza pero que también puede ser un agente más que sirva para agrandar la brecha de desigualdad y exclusión social entre aquellos que tienen acceso a la red y aquellos que no la tienen o que no son capaces de sacarle partido al mismo, creando lo que el autor llama “la divisoria digital”.
La educación y el aprendizaje son decisivos para el éxito personal del individuo. En las sociedades más avanzadas, Internet está siendo introducida en las escuelas rápidamente. Sin embargo, en muchos casos esta mejora tecnológica no va acompañada de una formación del profesorado de manera que éste pueda sacar mejor partido a Internet. (Aprender a aprender, convertir la información en conocimiento y éste en acción es el nuevo planteamiento de la enseñanza que debería extenderse y en el que se debería adiestrar al profesorado).
Las distintas escuelas poseen distintos niveles y ello afecta directamente a los usos de Internet. Las escuelas para clases medias tendrán mejores recursos y profesores que sabrán sacar mejor partido de ellos que en las escuelas para clases más bajas. Además, los niños de clases medias podrán tener el apoyo complementario a su educación de unos padres con mayor nivel de formación y, en consecuencia, más receptivos a estas nuevas tecnologías. Una falta de medidas para corregir estas diferencias hará que se establezcan crecientes diferencias sociales basadas en la clase social, la educación, el género y el origen étnico.
La culpa no es de Internet sino de la divisoria digital que enriquece a unos y margina a los más. Según el autor, debería reconducirse la situación para que este desarrollo basado en Internet estuviese apoyado por instituciones legitimadas y eficaces, de lo contrario esta divisoria digital podrá ir aumentando hasta que acabe por sumir al mundo en una crisis multidimensional.
Castells apela a la responsabilidad de cada uno de nosotros en convertir Internet en una herramienta de democratización, de legitimación de nuestras instituciones de poder político y, sobre todo, en un instrumento de generación de un modelo de desarrollo económico y social más justo.

¿Qué podemos hacer nosotros ante este panorama?

Creo que es necesario asignarle, desde todos los actores sociales, la importancia que la educación tiene en relación al concepto de brecha digital. Es realmente importante, ya que es el sistema educativo es el espacio capaz de socializar y reproducir o transformar sociedades. El paso inicial es la reflexión sobre todas las variables que intervienen en el proceso educativo, puesto que esta problemática de desequilibrio ante los que tienen o no, acceso a la información, no se remite exclusivamente a la posibilidad de adquirir una computadora o acceso a Internet, sino fundamentalmente, a saber qué hacer con esos recursos que se ponen a su disposición. Si no se logra comprender la importancia de los adecuados “usos de los recursos para un crecimiento social”, la tecnología pierde el mejor de sus potenciales y pasa a convertirse en un producto más para establecer dife-rencias entre quienes tienen el poder de decidir y quienes deben seguir dependiendo a consecuencia de la ignorancia. Con esto se pretende enfatizar que el eje estructurante para acortar la mencionada brecha no solo tiene que ver con una cuestión tecnológica, sino, sobre todo, de circulación de la información y construcción del conocimiento.
En este punto en particular me gustaría reflexionar sobre lo que sucede en las escuelas rurales que visito, y que seguramente se reproduce en muchas escuelas de nuestro país. Las mismas cuentan con los recursos tecnológicos (Televisión, computadoras con conectividad, etc.) pero sus Docentes se encuentran en una especie de letargo en cuanto a un verdadero cambio de pensamiento y utilización del recurso TIC en lo que a educación se refiere. Es decir que disponen de todos los recursos pero no saben, aún, qué hacer con todo los recursos que cuentan o no lo intentan.
Las acciones tendientes a modificar esta realidad son variadas, pero el primer paso debe ir orientado al cambio de las estructuras de pensamiento. Sumado a entender que muchos Docentes en la actualidad se enfrentan a una realidad fracturada por haber sido educados de una manera absolutamente diferente y tener la responsabilidad de incorporarse a un mundo tecnificado que les exige conocimientos y destrezas de las cuales muchas veces carecen.
Ante esta realidad lo más importante se centra en conocer y destacar cuales son los beneficios de las Tic en los procesos educativos para propiciar en los Docentes la necesidad de implementar distintas estrategias que podrían facilitarles su tarea docente.
En definitiva el problema a resolver se concentra en los Docentes y Directivos, quienes además de vivenciar la brecha digital, carecen de conocimientos, lo que produce una ruptura o quiebre a nivel educativo y social en general.
Enfrentar la realidad sin temores y comprender la importancia de la TIC como recurso es el primer paso.

No hay comentarios: